TAPIA CON MIRLO 

Yo, pensándote. Tapia 
cubierta por la yedra con un mirlo 
en lo alto, desconfiado, inquieto. 
Maduran las cerezas y los nísperos, 
pero la piedra insiste en su grisura. 
Puerta, luz oxidada, 
hierro que nadie cuida. Yo, sabiéndote, 
mis zapatos de charla con guijarros 
que sepultan las malas hierbas. Cruces, 
flores marchitas, nombres sin alguna 
letra. Yo, presintiéndote.